En los últimos días, Cuba ha sido blanco de una nueva arremetida mediática y política que busca explotar la reacción de sectores de estudiantes al incremento de las tarifas de internet para impulsar una agenda desestabilizadora. 

La estrategia busca exponer supuestas «protestas masivas» inexistentes en universidades cubanas como método de creación de una matriz que efectivamente las provoque. Esta estrategia de aplicación de fake news es señalada como parte de una operación de guerra de cuarta generación.

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El despliegue incluye la utilización de influencers para amplificar la desinfromación, como el mensaje que circuló en redes socialesdel argentino Agustín Antonetti, vocero de la Fundación Libertad—financiada por Javier Milei y aliados de la derecha continental—, afirmando que «las universidades cubanas se están rebelando contra el régimen» y llamando al mundo a apoyar a los estudiantes. 

???????? ALERTA CUBA, ALERTA ????

Hay un principio de guerra de 4ta generación estableciéndose: están llamando desde afuera de Cuba a la rebelión estudiantil contra sus propias universidades. Esto está TOTALMENTE MANEJADO desde afuera ????

⚠️ Agustín Antonetti es un vocero de la… pic.twitter.com/gq8IVz8UPG

— El Necio (@ElNecio_Cuba) June 4, 2025

A su vez, se han puesto a circular falsos comunicados donde centrales estudiantiles convocan a «protestas«, en su mayoría, según el rastreo del origen de las mismas, fueron creadas fuera de Cuba, con logos universitarios adulterados para simular legitimidad.

La Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), la Universidad de La Habana (UH) y otras instituciones han desmentido categóricamente estos mensajes, confirmando que no provienen de sus estudiantes ni de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). 

Estos textos apócrifos buscan inflar una narrativa de «caos generalizado» donde no lo hay, repitiendo la misma estrategia usada durante los sucesos del 11 de julio de 2021, cuando se manipuló el hashtag #SOSCuba para justificar injerencias externas.

¿Por qué ahora?

El detonante de este nuevo intento de manipulación es el descontento de los estudiantes ante las nuevas tarifas de datos móviles de ETECSA, empresa que—ante una crítica situación económica—implementó medidas impopulares sin suficiente diálogo previo.

Varias facultades, como las de la Cujae y la Universidad de La Habana, emitieron comunicados reales exigiendo transparencia y soluciones, pero sin llamar a protestas violentas ni a la desobediencia civil.

Por su parte, el presidente nacional de la FEU, Ricardo Rodríguez González, señaló a teleSUR que las inquietudes del sector en cuanto al acceso a datos en las diferentes carreras, sobre todo en las científicas y tecnológicas, pero aclaró que estas se han realizado desde el respeto y con el objetivo de buscar soluciones óptimas para el país y su comunidad universitaria.

Sin embargo, actores externos—como Antonetti, desde España, y cuentas anónimas vinculadas a la ultraderecha—distorsionan estos reclamos, y como parte de la estrategia de desinformación incluyen exigencias políticas que nunca fueron planteadas por los estudiantes cubanos. 

En un caso típico de aplicación de métodos de guerra de 4° generación, el objetivo es convertir una demanda sectorial en un caballo de Troya para la desestabilización, promoviendo un falso «estallido social» que justifique una intervención internacional.

Vale recordar que antes de 1959, Cuba solo tenía 3 universidades públicas, accesibles para una élite. Hoy existen 50 centros de educación superior, gratuitos y masivos, a los cuales acuden 132.758 estudiantes y existe una oferta de 128 programas de posgrado.

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