En la apertura del décimo encuentro anual del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) en Río de Janeiro, este viernes 4 de julio, la presidenta de la entidad financiera, Dilma Rousseff, reafirmó el derecho y la capacidad de las naciones del Sur Global para trazar sus propios caminos de desarrollo. Rousseff enfatizó que los países BRICS y el Sur Global no son receptores pasivos de un crecimiento impuesto.

La líder del NDB criticó el resurgimiento del unilateralismo, lamentando el uso de tarifas y sanciones como herramientas de subordinación política. Asimismo, denunció la asimetría del sistema financiero internacional, que impone las mayores cargas sobre los países con menos recursos.

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«El escenario exige más y no menos cooperación», afirmó Rousseff, dejando claro que el objetivo no es reemplazar a las instituciones existentes, sino demostrar una manera alternativa de promover el desarrollo.

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Adicionalmente, Rousseff instó a los países BRICS a enfrentar la emergencia climática con determinación y solidaridad, señalando que la próxima década será decisiva. También abogó por el fortalecimiento del comercio en moneda local y una mayor profundización de los mercados de capitales domésticos dentro del bloque.

Finalmente, la presidenta del NDB resaltó la importancia de expandir la red de alianzas del banco con otras instituciones de desarrollo, el sector privado y el ámbito académico. Subrayó que la fuerza del banco radica no solo en su tamaño, sino en su legitimidad como un espacio de diálogo.

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