El Ministerio de Defensa de Rusia informó que en la madrugada de este domingo llevó a cabo un ataque con armas de precisión, misiles y drones contra instalaciones del complejo militar-industrial y refinerías de petróleo de Ucrania.

De acuerdo con la cartera, se emplearon «armas aéreas, marítimas y terrestres de alta precisión y largo alcance, incluido el sistema de misiles hipersónicos aerobalísticos Kinzhal, así como vehículos aéreos no tripulados».

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Los objetivos de la acción militar fueron alcanzados, expresó el Ministerio de Defensa, que recordó que los ataques de Rusia contra estas instalaciones son una respuesta a las agresiones contra civiles rusos que sistemáticamente emprende el régimen de Kiev.

El portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitry Peskov, ha expresado reiteradamente que sus FF.AA. atacan de manera periódica ubicaciones de personal, equipos y mercenarios, así como instalaciones de la industria de defensa, mandos militares y comunicaciones, y otras infraestructuras estratégicas o al servicio del complejo militar-industrial, no edificios residenciales e instituciones sociales.

Según fuentes ucranianas, se utilizaron más de 400 drones y alrededor de 60 misiles de diversos tipos. Fueron alcanzados objetivos en las regiones de Leópolis, Ivano-Frankovsk, Poltava, Kremenchug, Nikoláyev, Cherkasy y Dnepropetrovsk, entre ellos almacenes de armas y municiones.

Este sábado, las tropas rusas tomaron la localidad de Novoukrainka, en la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD). Según estimaciones del Ministerio de Defensa ruso, el Ejército ucraniano perdió 1.235 efectivos durante la última jornada.

En ese mismo lapso de tiempo, perdió dos carros de combate, un transporte blindado, más de 40 vehículos, varios sistemas de artillería, seis estaciones de guerra electrónica y seis almacenes. El día previo, Rusia atacó un aeródromo militar ucraniano.

Desde el sábado 21 de junio a la fecha, las FF.AA. rusas liberaron ocho localidades de la región de Járkov y de la RPD.

De acuerdo con medios locales, el misil Kinzhal es lanzado desde cazas interceptores supersónicos MiG-31K. Alcanza velocidades de Mach 10 (diez veces la velocidad del sonido) y tiene un alcance superior a los 2.000 kilómetros con una ojiva de 500 kg. Posee una alta capacidad de maniobra en pleno vuelo, lo cual lo configura como un arma extremadamente difícil de interceptar.

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