Maduro365: entre la geopolítica, la paz mundial y el nuevo multilateralismo

La política exterior llevada adelante por la administración Maduro coloca a Venezuela como país clave en la emergencia del mundo multipolar y en el surgimiento del Sur global.

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Venezuela se ha posicionado desde la izquierda como garante de la paz mundial. Foto: Prensa Presidencial


28 de julio de 2025 Hora: 16:40

Durante el último año, tras la reelección del presidente Nicolás Maduro el 28 de julio de 2024, Venezuela ha consolidado su posición en el tablero geopolítico internacional como un actor clave en la defensa del nuevo orden multipolar.

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Rusia y China han mantenido una línea de sólido apoyo al gobierno venezolano, profundizando una alianza estratégica que se ha fortalecido desde la victoria electoral de Maduro. Ambos países fueron de los primeros en anunciar la presencia de sus delegaciones en los actos de toma de posesión del 10 de enero de 2025, un gesto simbólico que refleja la estrecha coordinación diplomática y política entre Caracas, Moscú y Beijing.

Este acercamiento alcanza niveles institucionales sin precedentes. En mayo de 2025, durante la visita oficial de Maduro a Moscú, coincidiendo con las conmemoraciones del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi y ocho décadas de relaciones diplomáticas bilaterales, ambos líderes firmaron un Acuerdo de Asociación Estratégica y Cooperación, uno de los máximos niveles de compromiso que el Kremlin otorga a sus aliados. 

Por su parte, la Asociación Estratégica y a Toda Prueba rubricada en 2023 con China, el segundo nivel más alto en la jerarquía diplomática de Beijing, sólo superado por la Asociación Integral de Coordinación para la Nueva Era que mantiene con Rusia, subraya el papel central que Venezuela ocupa en la estrategia de Beijing en América Latina.

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Estos vínculos no son meramente simbólicos, sino que se materializan en foros internacionales, cooperación económica, proyectos tecnológicos y respaldo mutuo frente a las presiones del orden unipolar. 

Tanto Rusia como China han respaldado de forma constante los reclamos de soberanía de Venezuela, rechazado las sanciones unilaterales y reconocido la legitimidad del gobierno de Maduro. Este apoyo responde tanto a intereses geopolíticos compartidos como a una política exterior activa del gobierno venezolano, que ha hecho del multilateralismo y la defensa de la paz mundial ejes centrales de su agenda.

China: tecnología, comercio y soberanía

Con China, la cooperación ha avanzado en múltiples frentes. Este año, el presidente Maduro inauguró la Gran Expo China-Venezuela Construyendo un Futuro Esplendoroso, un espacio destinado a fortalecer los lazos bilaterales y promover nuevas alianzas en sectores estratégicos como tecnología, energía, infraestructura y comercio. 

El evento no solo sirvió para exhibir avances en la cooperación, sino también para impulsar ruedas de negocios y fomentar la inversión bilateral, con un claro objetivo de construir capital simbólico y cultural entre ambos pueblos.

Uno de los pilares más significativos de esta relación es el impulso a la inteligencia artificial soberana. Venezuela avanza en su intención de desarrollar una inteligencia artificial propia, con apoyo tecnológico y formativo de China, en línea con su estrategia de descolonización digital y autonomía tecnológica frente al dominio angloamericano.

Esta alianza simboliza, para el gobierno venezolano, la emergencia del Sur Global como nuevo eje de la reconfiguración geopolítica mundial.

Rusia

La relación con Rusia, por su parte, se ha profundizado en áreas clave como la cooperación energética, militar, tecnológica y financiera. El acuerdo firmado en mayo de 2025 contempla el desarrollo conjunto de infraestructuras financieras alternativas, con el objetivo de realizar transacciones comerciales sin depender del dólar estadounidense ni del sistema SWIFT, en un contexto de sanciones mutuas impuestas por Occidente. Esta articulación busca contrarrestar el aislamiento financiero y fortalecer la autonomía económica de ambos países.

Entre los proyectos más destacados se encuentra la instalación en Venezuela de una estación del sistema satelital ruso GLONASS, que mejorará la navegación, la seguridad nacional y la soberanía tecnológica. Asimismo, más de 600 proyectos conjuntos en hidrocarburos, telecomunicaciones, agricultura y salud han sido consolidados, con un crecimiento del 64 por ciento en el comercio bilateral, que alcanzó los 200 millones de dólares en 2025, cifra que el presidente Putin calificó como prometedora.

En el ámbito de la salud, un ejemplo concreto es la modernización de la planta farmacéutica de Espromed BIO en Caracas, llevada a cabo en conjunto con la empresa rusa Geropharm. Este proyecto permitirá la producción nacional de insulina a partir de 2025, con transferencia total de tecnología, formación de técnicos venezolanos en San Petersburgo y la creación de más de cien empleos. Con una meta inicial de tres millones de viales anuales, esta iniciativa garantizará el abastecimiento interno y blindará al país frente a eventuales bloqueos de suministro.

Venezuela y el bloque BRICS

Durante este período, la relación entre Venezuela y el bloque BRICS ha estado marcada por avances diplomáticos significativos, aunque también por obstáculos políticos que reflejan tensiones regionales y geopolíticas.

A pesar de no haber logrado aún su incorporación formal como miembro pleno, el gobierno de Maduro ha intensificado su acercamiento con varios países del bloque, haciendo base en su fuerte relación con Rusia y China, que han respaldado abiertamente su aspiración de integración.

Incluso el respaldo ruso fue formalizado en el acuerdo firmado en Moscú, donde se establece que Rusia valora positivamente la intención de Venezuela de unirse como miembro de pleno derecho y cooperar estrechamente en la asociación BRICS. Este respaldo se alinea con el interés de Venezuela en acceder al sistema Brics Bridge, una plataforma de pagos en monedas nacionales basada en blockchain que permitiría reactivar su comercio exterior sin depender del dólar ni del sistema financiero tradicional.

Sin embargo, el principal obstáculo ha sido Brasil. Durante la 17 Cumbre del BRICS, celebrada en Río de Janeiro en julio de 2025, la primera con once miembros, Venezuela no fue invitada ni siquiera como observador. La decisión generó una fuerte reacción del gobierno venezolano, que la calificó como una agresión y una continuidad de las políticas de exclusión de la era Bolsonaro. 

Celso Amorim, asesor internacional del presidente Lula da Silva, justificó la exclusión argumentando la necesidad de mantener un BRICS equilibrado y evitando una expansión indefinida, aunque reconoció que factores políticos y una supuesta ruptura de confianza influyeron en la decisión, una afirmación rechazada categóricamente por Caracas.

Este veto ha generado un intenso debate sobre los criterios de inclusión en el bloque, especialmente tras la incorporación de países como Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos. La Cancillería venezolana denunció que la exclusión contradice los principios fundacionales del BRICS, que promueven la cooperación Sur-Sur y la soberanía de los Estados. No obstante, Venezuela ha seguido fortaleciendo sus vínculos bilaterales con miembros clave, avanzando en una estrategia de integración práctica, más allá de la membresía formal.

Contra el fascismo internacional

En el plano global, Venezuela ha posicionado su política exterior como una defensa activa de la paz mundial, la justicia internacional y el fin del unilateralismo. El gobierno de Maduro ha denunciado con firmeza el genocidio en Gaza, atribuyendo responsabilidad directa al Estado de Israel y a su aliado Estados Unidos. 

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La lucha por Palestina ha sido defendida por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y su Gobierno. La denuncia constante al genocidio de Israel que deja más de 50.000 asesinados es para la política exterior venezolana una política de Estado. 

Para Maduro, “el estado sionista es militarista” y cuenta con un proyecto de “colonización y dominio de todo el Asia Occidental”. En ese sentido, el jefe de Estado venezolano vinculó esta política israelí a “razones de supremacismo religioso racial y es un proyecto colonial que expresa la esencia de quienes lo crearon: los británicos.” 

Asimismo, Venezuela ha alertado sobre el riesgo de una III Guerra Mundial, impulsada por las tensiones en Ucrania, Oriente Medio, Taiwán y el Sahel.

En este contexto, el país ha promovido un nuevo modelo de gobernanza multilateral, con acceso justo al financiamiento internacional para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y ha reforzado sus lazos con la Unión Africana y otros bloques del Sur Global.

Autor: teleSUR- lvm - NH

Fuente: Misión Verdad - teleSUR