Cuestionan hacinamiento, insalubridad y desnutrición, entre otros problemas. Exigen respeto a la dignidad humana de las personas detenidas.

El canciller venezolano, Yván Gil, enfatizó que su Gobierno apoya firmemente la lucha de Haití por su soberanía y autodeterminación.

Con el silencio de Washington, el fundador de Blackwater extiende su influencia mercenaria en Haití, ratificando las denuncias sobre la injerencia estadounidense en Latinoamérica.

Las medidas más criticadas incluyen detenciones en hospitales y restricciones al acceso a servicios de salud, especialmente a mujeres embarazadas, quienes en algunos casos han sido detenidas mientras recibían atención médica.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios en Haití (OCHA) emitió una advertencia sobre el impacto devastador de la violencia en el sistema educativo del país.

La medida permitirá a Washington detener a presuntos pandilleros haitianos y enviarlos a una prisión de máxima seguridad en El Salvador con la complicidad de Nayib Bukele.

La escalada de violencia en Haití ha dejado más de 5.600 muertos, según datos de la ONU.

El funcionario chino denunció la política contradictoria de Estados Unidos hacia Haití, por un lado, se compromete a apoyar al pueblo, mientras en la práctica reduce drásticamente la ayuda exterior, mantiene las deportaciones masivas de migrantes e impones aranceles del 10%, justo cuando el país caribeño enfrenta su peor crisis humanitaria.

La nación caribeña fue forzada a pagar a sus colonos y esclavistas por haberse atrevido a convertirse, en 1.804, en la primera nación negra libre del mundo moderno y la primera nación libre del hemisferio occidental.

Los atacantes, equipados con rifles de asalto y chalecos antibalas, incendiaron tres vehículos oficiales y robaron equipo táctico.